En una sociedad de consumo en cambio permanente y rápido, emergen y se consolidan tendencias que están transformando por completo los productos que vendemos, pero también la forma en que los estamos vendiendo. En este artículo escrito para el primer número de la nueva revista del Gremio de Carniceros de Valencia, “La Graella”, describo cinco piezas clave sobre las que orbitan los cambios en los hábitos y procesos de consumo que afectarán al sector de comercio minorista de carne: Salud, Sostenibilidad, Comodidad, Innovación y experiencia de compra. Las carnicerías deben ser capaces de asumir estos roles y pisar el acelerador del cambio para adaptarse a los nuevos tipos de consumidor y poder así recuperar protagonismo en la venta minorista de productos cárnicos.
Salud
La conciencia del consumidor continúa avanzando hacia hábitos más saludables. Sigue de esta forma en sintonía con el desarrollo de una sociedad cada vez más preocupada con la calidad de vida, el ejercicio y la salud en general. Cuando vamos a elegir un producto, la búsqueda de la salud va superando a la dieta, pues cada vez estamos más dispuestos a pagar más por productos con ingredientes beneficiosos para la salud, tal y como manifiesta el 57% de la población. En esta línea, prosigue el boom de proteínas vegetales y aumentará del concepto BIO y los productos artesanales.
Esta tendencia viene unida a la creciente preocupación e interés por conocer la trazabilidad de los alimentos vendidos tratando de conocer su composición para evitar intolerancias y alérgenos a la vez que se penaliza el uso de ingredientes percibidos como poco saludables para la salud (aceite de palma, aditivos, azúcares, etc.), ya que solo el 50% de la población considera que las etiquetas de los productos envasados son bastantes o muy creíbles. El consumidor pide más y mejor información de lo que está comprando.
Sostenibilidad
Para un 43% de los encuestados, es necesario ofrecer productos con un empaquetado que implique menos plásticos según el informe “Comprador Europeo” elaborado por IRi.
Las múltiples fuentes que informan al consumidor sobre el estado actual y futuro del medio ambiente le influyen en su actuación de compra, que busca recompensar a las empresas y productos que, como ellos, se preocupen de ejercer una actividad productiva sostenible y respetuosa con el planeta.
Basándonos en datos de estudio de Kantar WorldPanel, 4 de cada 10 encuestados consumen productos con certificado ecológico y orgánico, por ello no es de extrañar que estos productos crecieran un 14% durante el 2018.
Por otro lado, el 77% pagaría más por productos orgánicos de Km0 y de cercanía (IRi, estudio del comprador 2018), mientras que penalizan a marcas y empresas que no demuestren mediante acciones, que tienen integradas valores sostenibles con el medio ambiente. Esta sin duda es una gran oportunidad para las carnicerías, que deben ser capaces no solo de implantar este tipo de compra de proximidad, sino de visibilizarla y comunicarla de un modo claro y atractivo.
Comodidad
Si bien el consumidor exige más salud y sostenibilidad, no quiere renunciar a la comodidad y rapidez. “Lo quiero fácil y lo quiero ya” sería la frase que resume lo que está pidiendo en esta materia.
La cada vez más acusada simplificación de los procesos de compra y la sensación de falta de tiempo por parte de los consumidores, les hacen adoptar hábitos de compra mucho más cómodos, sencillos y que les roben el menor tiempo posible.
Según datos extraído de informes Nielsen, si a la sostenibilidad se le suman otras ventajas de conveniencia, como la rapidez o la practicidad, las posibilidades de impulsar la preferencia por la marca se multiplican por tres.
Respecto a la oferta de comida preparada, el “listo para comer” creció un 8% en 2018, siendo el 31% los consumidores que compran comida preparada y el 19% los que afirman que la comprarían si la encontrasen en tienda.
El 65% de los consumidores manifiestan que en 2025 el súper será la “madre que nos cocine”. La pregunta es si las carnicerías van a quedarse como meros espectadores o van a saber aprovechar esta oportunidad utilizando sus fortalezas como son calidad de producto, capacidad de innovación en producto, atención personalizada y proximidad al consumidor.
Innovación y experiencia
El papel de la innovación no es otro que el de ejercer de multiplicador y permitir el desempeño de los deseos del consumidor. Al final, la innovación es una herramienta al servicio del cambio.
A nivel de producto, la creación de envases novedosos, la innovación en texturas con ingredientes naturales, la incorporación de nuevos ingredientes en la alimentación como la mezcla de especias árabes o el uso de insectos, son algunas de las acciones que irán incorporando los diferentes actores del sector de retail alimentario para proporcionar nuevas experiencias y emociones al consumidor, en espacios de venta atractivos que potencien la presentación del producto pero también la relación con el cliente, espacios más tecnológicos pero también más humanos, y más participativos pero a la vez más ágiles. Potenciar los sentidos a través de aromas (olfato), iluminación (vista), degustaciones (sabor) e interacción tecnológica (tacto)
En resumen, nos encontramos ante un consumidor dual que enfrenta y conjuga salud y sostenibilidad con facilidad y practicidad, pero que exige cada vez más experiencias de compra que le generen recuerdos positivos, que son los mejores aliados para crear fidelidad en el cliente.