Oportunidad

Oportunidad

Están por todos los sitios. Unas vienen en tablones de anuncios, otras en la web, otras como ofrecimiento a la colaboración y otras como innovaciones caseras. Cada vez hay más, aunque muchas de ellas son como trenes que pasan para no volver: son las oportunidades en tiempos de crisis. Oportunidades cotidianas que se están generando con ingenio, imaginación, creatividad, actitud y esfuerzo, todo esto aderezado con presupuestos bajos. Muchos ya parecen haber asumido que ante la falta de financiación se debe exprimir la imaginación.

Vivimos un tiempo de cambios sin precedentes históricos y sin capacidad de predecir qué pasará, pero hay veces en que la incertidumbre provocada, lejos de paralizarnos, nos empuja y sirve de combustible para la búsqueda conjunta, la cooperación y el asociacionismo en una especie de coopetencia (cooperar para competir) social y doméstica, casi de andar por casa.

No hace falta salir muy lejos para ver anuncios de muchos profesionales dispuestos a compartir  alquiler y espacio con otros profesionales, dando la opción a que surjan las sinergias derivadas de compartir puesto de trabajo. Desde oficinas a tiendas. Recientemente me encontré con un cartel cuya frase central era “tiempo de oportunidades”, donde un arquitecto ofrecía parte de su oficina a otros profesionales, lo cual puede favorecer la generación de ideas y oportunidades entre ellos. Otra iniciativa abría hace pocos días cerca de mi casa en forma de pop-up store (tienda temporal) en el centro de Valencia, donde varios jóvenes diseñadores de moda valencianos han alquilado conjuntamente en el centro y sólo durante navidad, un local para vender sus creaciones. productos originales, frescos y auténticos, donde nadie pone mucho dinero, ni más dinero que nadie y donde el reparto de responsabilidades y el éxito acaban siendo más equitativos. Divide (gastos) y vencerás.

Pero hay ejemplos incluso más creativos fuera de nuestro país. La web holandesa Tweetjemee pone en contacto a cocineros amateurs con clientes de su barrio. El cocinero se crea su propio espacio personalizado (webtaurante) con sus platos y fotos, permitiendo que los clientes elijan su comida preferida, más cercana o más económica. La idea es que los chefs de barrio cocinen más de lo habitual para permitir que otros lo adquieran, una vez añadido a la carta de cada webtaurante particular los vecinos que no tienen tiempo o no quieren cocinar, pueden recoger al precio y la hora convenida su menú 100% casero y saludable.

No renunciar a comer casero y sano, por un precio económico, generando un pequeño beneficio “doméstico” para cocinero de barrio es un trato 100% ganar-ganar, aunque se base en una actividad no regulada, pues lamentablemente no existen mecanismos fiscales y laborales que permitan el desarrollo de pequeñas economías domésticas y eventuales que sean complementarias a otro ingreso principal. Podría incluso ser algo positivo para la economía ya que aquellos a los que les fuera mejor darían el paso a montar un negocio en toda regla. Seguiremos con más ideas, hay muchas ingeniosas oportunidades en tiempos de cambio…

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