Parece que sí. Que hay mucha luz al final del túnel. Que los tiempos de incertidumbre y adversidad también son tiempos para el emprendedor. Es precisamente ahora cuando brillan con más intensidad. Es el momento de los valientes.

La semana pasada se lanzó la campaña “ESTO SOLO LO ARREGLAMOS ENTRE TODOS”, una acertada iniciativa de las Cámaras de Comercio junto a un grupo de  empresas españolas. Como en toda iniciativa empresarial de divulgación masiva ha surgido el debate y los posicionamientos en dos bandas, algo muy propio de nuestro país. Si bien es cierto que quizás se pueda discutir acerca de lo acertado del slogan (por ej. “esto” implica no tener definido de qué hablamos), o que algunas de las grandes empresas que lo apoyan también son responsables el desencadenamiento de la actual crisis o que si el fin último para estas  grandes corporaciones es el de la necesidad de reactivar el consumo y volver a los vertiginosos cauces de consumo desmedido previos a la crisis para sustentar nuevos crecimientos en sus cuentas de resultados, lo importante es que se intente transmitir (o al menos a mi me ha llegado así sin ver antes quien lo apoya) de que somos nosotros los responsables de crear un nuevo escenario, de que tenemos la responsabilidad de crear un nuevo modelo de crecimiento, de que tenemos las ideas y las personas, de que no es el gobierno el que nos tiene que sacar de esto mientras permanecemos a la espera y que nos hace falta confianza, optimismo, esfuerzo y atrevimiento. Si nos movemos por su web (ya son casi 50.000 los internautas unidos al proyecto y la web está colapsada) vemos que la iniciativa se centra en los pequeños empresarios, emprendedores y ciudadanos de a pie lo que supone una decidida formula con los medios necesarios de acercar el trabajo de desconocidos emprendedores y ciudadanos valientes que han decidido no quedarse inmóviles dentro de su caparazón  esperando que cese la tormenta. Es posible que sirva para generar el empuje necesario y el contagio a algunos nuevos emprendedores que están decididos pero les frena el halo de desesperación que reciben de su  entorno.  Si nos detenemos en su manifiesto: “Llevamos demasiado tiempo viendo en todas partes lo mal que está todo. Es casi lo único que nos cuentan.  Pero la crisis no solo está ahí fuera, también está en nuestras cabezas. Nos ha hecho perder la confianza, nos ha contagiado el pesimismo, el desánimo”. Y añade “En esta web… encontrarás historias de gente como tú y como yo, que se han enfrentado al momento, que demuestran que con ilusión, entrega y compromiso se puede conseguir todo

A través de la web  www.estosololoarreglamosentretodos.org se han realizado varios videos, una mesa cuadrada (integrada por Fernando Trías de Bes y Leopoldo Abadía por ejemplo), consultas a expertos como Alex Rovira o Leopoldo Abadía, entrevistas a gente como Luis Rojas Marcos (reconocido psiquiatra y autor de libros como La fuerza del optimismo o Superar la adversidad), puedes subir tu opinión y tus ideas a través de la web-cam, proponer tu modo de cambio y sugerencias o escuchar la voz de la calle.  Se han sumado desde taxistas hasta cocineros internacionales como Ferrán Adrià. No se trata de poner medallas a nadie sino de tener la oportunidad de respirar aire fresco en medio de la contaminación pesimista del momento que vivimos.

Hay varios casos que me han llamado la atención. Xabier Barriga es un “panadero pasional” como el afirma y cuyas claves para el éxito de emprender son “sentir una pasión por lo que haces” y “tener una actitud positiva”. El pan aquí se hace de forma tradicional por lo que el “pan sabe a pan”, reciben cientos de clientes diarios y no trabajan de noche ni tampoco los domingos. Sevilla Al cubo es una empresa que se dedica a sacar los cubos de basura de las casas y devolverlos a la mañana siguiente, un hueco de mercado en el centro de Sevilla que se creó aprovechando las nuevas ordenanzas sobre recogida de basura. Dolores Escalona, madre jornalera separada y con estudios básicos, decidió crear una empresa de agricultura con el único aval de sus propias manos. Ahora no solo siembran sino que transforman el producto y lo elaboran para presentación final al consumidor y han pasado de producir 300.000 kilos a 25 millones.

Al margen de los casos tratados y grabados, la gente ha ido dejando ideas llenas de frescura e ilusión. Por ejemplo, Heri Rodríguez comenta que para sufragarse el alquiler empezó a dar clases particulares a 4 €/hora a niños de primaria y secundaria. Más tarde empezó a animar a los niños a convertirse en “niñas-profesoras” para sacarse un dinerito dando clases a otros niños al mismo precio que ella. Al final resultó que los niños se conocieron mejor y lograron cohesionar el barrio. Martín Campoy deja el mensaje de que “son infinitamente más las cosas que nos unen que las cosas que nos diferencian”. Tras el boom inmobiliario, Francisco Chaparro tenía más tiempo libre y empezó a leer mucho. Era verano y hacía sol. Hoy tiene 26 años y ha patentado un producto que inventó que se trata de un toldillo desechable de cartulina que cortado y doblado de una forma determinada se coloca como una visera sobre el propio libro proyectando sombra sobre las páginas. Al cerrar el libro se pliega automáticamente marcando la página que se está leyendo. Hay muchas otras historias  e incluso gente que anuncia iniciativas similares que había desarrollado por libre en sus blogs y que ahora podemos conocer mejor.

En palabras de Rojas Marcos, “Los seres humanos tenemos una enorme capacidad de encajar, resistir y superar la adversidad. No podemos dejar que nos roben la tristeza normal. Y como es normal…lo que hay es que contarla, narrarla. Al ponerle palabras a esos sentimientos confusos, disminuimos la intensidad emocional. Llega un momento en el que esta tristeza y este miedo forma parte de nuestra autobiografía con aceptación, lo que nos ayuda a pasar página”. Feliz tristeza. Bendita Crisis.

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