Está todo por hacer

Está todo por hacer

“Ningún pájaro se eleva demasiado alto, si vuela con sus propias alas”

William Blake.

Cuando era adolescente tuve un póster colgado durante años en mi habitación en la que aparecía Michael Jordan con los brazos abiertos y debajo de él se leía la citada frase de William Blake en inglés (no bird soars too high if he soars with his own wings). Algo me decía que el mensaje tenía algo muy importante dentro de sí pero tardé mucho tiempo en lograr traducirla literalmente y entender el significado: que cada persona es dueña de sus propias posibilidades y con ellas es capaz de crear su destino e ir tan lejos como se proponga.

El pasado fin de semana volví a recordar la frase del famoso escritor inglés tras leer del tirón el libro “Está todo por hacer” de Pau Garcia-Milà Pujol, cofundador de EyeOs, empresa de la que ya hemos hablado aquí, creadora del cloud computing desde Olesa, un pueblo catalán de 20.000 habitantes, por dos jóvenes de 18 años, edad que tenían cuando en 2005 lanzaron al mercado la primera versión del software libre EyeOs  y que hoy está presente en 55 países y es la primera alternativa de Cloud Computing frente a las grandes empresas.

Una cuestión importante que expone Pau es que da igual cómo y cuándo empieces a desarrollar tu idea, lo importante es hacerlo. No importa si puedes o estás preparado para ello, si vives en un sitio o en otro, si has ido a tal o cual universidad porque lo que importa es la mentalidad y la capacidad de esfuerzo para atreverse a recorrer el camino; el sentirse capaz de hacerlo es más importante que el ser capaz de hacerlo. Y lo bueno es que todo el mundo tiene o ha tenido ideas y que todo el mundo tiene la opción de sentirse capaz de llevarlas a cabo, lo que nos pasa es que con frecuencia somos nosotros mismos nuestra peor censura.

Vivimos en un país donde lo frecuente es oír que “inventen los otros” y donde la formación va más encaminada a estar del lado de la demanda en el mercado laboral que del lado de los que ofrecen nuevos caminos para que puedan ser recorridos y ocupados por los demás. Estamos inmersos en una sociedad que no se caracteriza precisamente por valorar la innovación y alentar a los emprendedores y que parece haber olvidado que el nivel de bienestar y derechos que hemos alcanzado son una conquista obtenida con esfuerzo y creatividad y debe ser respetada porque no viene de serie.

Pero el hecho de no vivir en un entorno propicio al cambio y la innovación, da cierta ventaja al que decide actuar y hacer, el hecho que no tengamos una economía especialmente competitiva e innovadora facilita las cosas a los que si son creativos e innovadores. El inconveniente con el que nos encontramos actualmente es que no disponemos de muchos precedentes y “autoridades de referencia” que nos sirvan de aliento, fuerza e inspiración como Pau Garcia-Milà o Amancio Ortega, que constatan que los sueños no solo se hacen realidad en Silicon Valley (tecnología) y Milán (moda), aunque lo cierto es que si uno nace y crece a las faldas de Silicon Valley en San Francisco, tiene más posibilidades de creer en el futuro de sus ideas por el simple hecho de ver diariamente como se crea el futuro justo al lado de su casa. Quizás nos falte creer un poco más en el potencial de las personas que nos rodean.

Por tanto, es hora de dejar las excusas de una vez, dejar de pensar que está todo hecho o inventado y que cualquier tiempo pasado fue mejor. Es hora de pasar a la acción porque en realidad, a las puertas de un nuevo mundo, está todo por hacer.

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