Piccard

Piccard

Hace pocas semanas abrieron un bar-cafetería cerca de mi casa en un céntrico local en el que se han sucedido varios negocios en un solo año. Tras varios años sin actividad, en ese local cerrado y vacío se instaló una panadería que también servía cafés. Su joven y amable dependienta es el recuerdo más duradero que tengo, hasta que medio año más tarde bajaran la persiana definitivamente. Al poco tiempo y con las pilas cargadas abrió una cafetería especializada en “donuts” lo que junto al amplio horario de apertura parecía que se le auguraba otro destino, pero en cuestión de pocos meses se vieron forzados a un nuevo cierre. El último negocio que abrió hace menos de 1 mes, de carácter cubano y que servía también cockteles, acaba de cerrar. En cuestión de días tras su apertura han acabado con el esfuerzo y los ahorros de posiblemente varios años.

Al fijarnos en este fenómeno acaecido en menos de 1 año podemos llegar a la conclusión de que la falta de planificación, organización y sobretodo perseverancia y constancia acaban mermando los sueños de muchos emprendedores que destinan casi todo el dinero de que disponen a abrir negocios guiados básicamente por la intuición que se ven forzados a dar rentabilidades a corto plazo dado ( no hay un fondo de maniobra) y que al no conseguirse ese rápido retorno de la inversión y no disponer de un cierto colchón financiero con el que compaginar la necesaria perseverancia,  el negocio se ve abocado al fracaso. Las cosas, al igual que los niños, suelen necesitar tiempo para echar a andar, así que mientras nos enseñamos a correr será mejor que tengamos una reserva que nos permita aprender y consolidar sin la presión del resultado cortoplacista.

Casi todos los días paso por delante de ese local, ahora cerrado de nuevo, y no puedo evitar pensar sobre uno de los valores que más han permitido  forjar a los grandes seres humanos que ha brindado la historia, haciéndoles superar las barreras de la adversidad y el fracaso. Una de esas personas fue Auguste Piccard. Piccard fue un ingeniero que colaboró con Einstein, y aunque nunca recibió un premio Nobel y su nombre es casi desconocido, su legado es sorprendente.

Poco después de que se descubriera la estratosfera, Piccard quiso ir más allá y se convirtió en el primer hombre que se elevó hasta esta capa con un globo construido por el mismo, alcanzando una altura máxima registrada de 23.000 m., tras muchos intentos fallidos y múltiples ascensiones. Con las técnicas aprendidas sobre presurización de su globo, se decidió por indagar en los océanos y construyó un batiscafo con el que en 1953 alcanzó una profundidad de 3.150 metros acompañado por su hijo. Con este invento se alió con la marina americana y tras varias mejoras introducidas en el Trieste (así se llamaba el batiscafo) en 1960 y con dos tripulantes a bordo (uno de ellos era Jacques) bajó al punto más profundo de nuestro planeta, en el Océano Pacífico a 11.000 metros de profundidad en la Fosa de las Marianas, donde permanecieron 20 minutos.

Su actitud perseverante y llena de energía le llevó a ser el primer hombre que intentó dar la vuelta al mundo en globo, cosa que consiguieron sus hijos en 1999, sin escalas y batiendo tanto el récord de distancia (48.000 km) como el de duración de vuelo en globo (21 días) en el Breitling Orbiter III. En una entrevista le preguntaron: “¿Qué diría a los jóvenes con deseos de buscar aventura?” Y su respuesta fue:

“Que no tienen que ser ricos o musculosos como Arnold Schwarzeneger para lograr grandes cosas. Que, a veces, habrá personas que nos desanimarán, pero con perseverancia podemos llegar hasta el final. Si de verdad queremos hacer algo, nada es imposible. La única manera de llegar a nuestro fin es intentarlo una vez más, después de un fracaso, aunque nos parezca irrealizable. La vida es como un globo llevado por el viento. Si el viento es contrario a nuestro destino, hay que luchar para seguir avanzando.”

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad